Desde pequeño me han enseñado que toda historia que empieza, tiene un número determinado de capítulos en los que se desarrolla la historia hasta llegar a su final, pero nunca me hablaron de lo que sucedía cuando no quedan posibilidades de continuar la historia. Todos sabemos que sucede después de poner fin a una historia; hacernos los locos e ignorarlo hasta que nos toca vivir esa situación de nuevo, es parte del juego.
En nuestro caso, la situación ha sido siempre mas complicada, cuando ella quería, yo no podía, y luego sucedió a la inversa; siempre lo he dicho: nosotros desperdiciamos algo que tiene un valor incalculable, y es nuestro tiempo juntos, podríamos haber sido uno en vez de dos, haber luchado cada día contra la rutina,demostrar a todos aquellos que nos decían que no teníamos futuro lo bien que nos iba juntos; y en vez de eso, nos dedicamos a perder ese tiempo y, en el fondo, ambos sabíamos que cuando perdiésemos ese tiempo, nuestra historia habría acabado incluso antes de empezar.
A pesar de no haber aprovechado ese tiempo, y en ocasiones haber intentado volver a conseguirlo, nosotros hemos tenido momentos muy buenos, momentos en los que no estábamos juntos, pero éramos como uno; éramos como un pato en su estanque, es decir, éramos necesarios el uno para el otro.
A mi me encantaría ser optimista y pensar que algún día podríamos volver a rematar nuestra historia, que los dos sin tener miedo formáramos una historia, perdona, una historia cualquiera no, una de esas que necesitan muchas temporadas para acabar aburriendo. En vez de retomar todo, lo mas probable es que nos olvidemos, que no volvamos a saber el uno del otro, que cada uno elija un camino diferente que le lleve a un sitio diferente; y es lógico, no pensamos igual, simplemente somos dos personas que no llegaron a acabar una historia porque nunca llegaron a iniciarla.
Y llegados a este punto, he de confesar que yo si he preguntado por ti; sin ninguna intención la verdad, simplemente por saber que tal te va;y me han contando que has conocido a otra persona; es lógico que cualquier persona con dos dedos de frente se fije en ti; pero te conozco, se lo exigente que eres, y se que necesitas que te demuestren todo y más para confiar en otra persona; así que me gustaría decirle a esa persona que ahora tiene la gran suerte de tener ese tiempo contigo, que lo aproveche, que no sea tonto, que te lleve a ese sitio de helados que tanto te gusta, que se siente contigo en las terrazas a hablar de todas las peculiaridades que tienes, que te conozca y que cree una historia, porque entonces verá la gran suerte que tiene de tenerte.
Tranquila si algún día te falla, estará tu amigo, el que ha desaparecido al elegir otro camino, pero que vuelve siempre que le necesitas.
Hasta entonces darle a él un mensaje claro: cuídala, aunque me duela.
Autor: Sergio García
( @_Savemee_ )
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