Las personas tendemos inevitablemente a ver la vida más difícil de lo que realmente es. Esa es a la conclusión a la que he llegado después de ver a tanta gente sufrir por las consecuencias de elecciones que ellos mismos habían escogido y es que, sabemos perfectamente cómo nuestra vida sería mejor, pero nos empeñamos en complicarnos la vida, tendencia inevitable, caída inevitable.
Tal vez sea porque nos sentimos atraídos por el riesgo, la adrelina, la rebeldía o quien sabe qué, pero dónde queda todo eso cuando el precio es destruirnos a nosotros mismos, un precio demasiado alto diría yo. Pero claro cómo le vamos a pedir a la gente que vea el lado bueno de las cosas si son incapaces de ver su propio lado bueno; cómo vamos a renunciar al riesgo, si es lo único que nos mantiene vivos; cómo vamos a darnos cuenta de que los domingos no son tan malos si sabemos con quién pasarlos, si no paramos de quejarnos.
Autor: @laumellaman
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