Son las cinco de la mañana y en este preciso instante, comienzo a pensar en aquel día... ese día en el que por cualquier extraña casualidad del destino, me decidí a hablarte. Jamás llegue a pensar que un año después estaría escribiendo esto, es más, jamás podría haber pensado que tras un año ya nada sería como antes.
Como bien decía hace unos meses, hay que tener claro cuales son tus prioridades, es algo difícil, y sobre todo para mí. Buscaba tener algo único que nadie antes hubiese tenido, y quizás por eso tiré a la basura muchas oportunidades que tuve, pero tenía claro mi objetivo: un 19 de diciembre comenzamos a hablar. Yo le contaba mi vida y le hacia preguntas sobre la suya, era una sensación recíproca, en la que los dos, aparte de entendernos muy bien, nos complementábamos y con el tiempo me di cuenta de que, entre ella y yo, no solo había una amistad, que la quería y la quería de verdad. A pesar de que todo iba a favor nuestra y que tenia muy claro que quería estar con ella, empece a distanciarme. Suena paradójico que quiera una cosa y haga la otra, pero en aquel momento me iba por miedo, un miedo que jamás supe explicarle y que a día de hoy sigo sin saber explicarlo. Ella comenzó a cansarse y empezó a conocer gente, cuando yo ya tenía todo claro, era tarde, y ella estaba sumergida en otra relación. Para mí, el chico con el que estaba era un auténtico cretino, al igual que lo fui yo por dejarla escapar, pero era al que ella quería en ese momento. A día de hoy, la relación entre ella y yo es nula, pero no puedo decir que no me acuerde de ella, por mucho que quiera pasar página, la tengo en mi cabeza demasiado tiempo.
Por tanto solo me queda aceptar que las cosas no volverán a ser como antes, que ella nunca volverá y que yo,seguiré esperando un diciembre que se parezca al que viví con ella.
Autor: Sergio García
( @_Savemee_ )